La primera infancia, etapa que va desde la gestación hasta los 5 y 6 años, tiene una importancia fundamental para el ser humano, porque es el tiempo en que se sientas las bases para la formación de habilidades cognitivas, de la personalidad y el comportamiento social. Múltiples investigaciones demuestran que el mayor desarrollo del cerebro ocurre durante este periodo y es aquí cuando se desarrollan las habilidades para pensar, hablar, aprender y razonar.
La mejor inversión - y la más rentable para las familias y los Estados - debería estar orientada a la protección y formación de las personas en esta etapa clave de la vida, es decir, en el capital humano. El agente formador o el profesional que trabaja en los servicios de programas de formación a familias en la comunidad, establece en su tarea cotidiana un contacto directo con las familias. Su rol es fundamental para orientar y acompañar a quienes tienen a su cargo la crizan de los niños y niñas, con cariño, respeto y protección, enfocado desde el buen trato. Esta guía contiene un compendio de conocimientos y herramientas básicas sobre temas fundamentales para esta tarea.
Lo que sí encontrarás en esta guía:
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se enfoca en las pautas de crianza, es decir, las acciones, hábitos o costumbres que miembros de una sociedad determinada realizan en relación a la atención y al cuidado de sus niños y niñas. Estas se hallan inmersas en la vida diaria y generalmente no existe una conciencia o reflexión sobre dichas prácticas y plantean varios aspectos que deben ser analizados en detalle (Myers y otros, 2000);
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si bien cada niño y niña es un todo, con el fin de hacer más fácil y amigable el material, la presentación de las capacidades se da por etapas evolutivas o edades. En este sentido, el mismo concepto de crianza se desarrolla bajo un conjunto de acciones concatenadas, que en muchos casos no son exclusivas de una edad, sino que se dan gradualmente a lo largo de todo el desarrollo.
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Las prácticas sugeridas aquí son una serie de acciones conectadas entre sí que tienen un inicio y van desarrollándose según el tiempo. “Son comportamientos intencionados y regulados... es lo que efectivamente hacen los adultos encargados de ver a los niños. Son acciones que se orientan a garantizar la supervivencia del infante, a favorecer su crecimiento y desarrollo psicosocial, y a facilitar el aprendizaje de conocimientos que permitan al niño reconocer e interpretar el entorno que le rodea” (Aguirre, 2000).
Información extraída de la presentación de la propia guía (pág. 7).
Fuente original: UNICEF [+]
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Para más información:
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Consultar la sección específica del Centro Documental Virtual de FAPMI titulada "Necesidades y bienestar infantil" [+]
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Necesidades en la infancia y en la Adolescencia: respuesta familiar, escolar y social (Félix López, 2008) [+]
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