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Hay mucha nieve en los 300 metros que separan la casa de Alejandro Arche, de 13 años, de la nave en la que viven sus gallinas. “Vendo cada docena de huevos a dos euros”, cuenta. Entre sus clientes están sus padres y otras personas de su pueblo, Salduero (Soria, 144 habitantes). Tardó unos cuantos meses en ahorrar el dinero que, con otra parte que le dieron sus padres, le sirvió para comprarse una Play Station 4.
Una agencia del Gobierno de EEUU ha enviado varios comunicados a las autoridades españolas al detectar estas imágenes en sitios como Youtube.
No encaja en la definición de "sexting". Tampoco en la de "grooming". De hecho, no se ha acuñado, por ahora, un anglicismo que lo defina en España. Porque es una moda completamente nueva, reciente y muy preocupante: menores de muy corta edad que se graban a sí mismos practicando sexo (solos o en pareja) y que cuelgan los vídeos en Internet para su público virtual. La Fiscalía alerta de que ya se han empezado a producir los primeros casos en Málaga.
Hace unos meses ya hablábamos de Momo, un reto viral sobre un personaje terrorífico con gran impacto en adolescentes y niños. En los últimos días, este fenómeno ha vuelto a resurgir y está causando una alarma aún mayor debido a su incitación a las autolesiones entre los menores.
¿Qué está sucediendo?
Como aclarábamos en su día, “Momo” simplemente es una fotografía de una escultura con apariencia terrorífica, mezcla de mujer y de ave, que un artista contemporáneo creó con fines cinematográficos y finalmente fue expuesta en un museo japonés. Pronto, esa fotografía acompañada de mensajes amenazantes en primera persona, se hizo viral entre los menores a través de las redes sociales. Además, esta viralidad basada en el miedo irracional se vio potenciada por muchos youtubers que, con el ánimo de conseguir seguidores, distorsionaron el argumento original sobre este falso personaje.
Internet segura para kids - is4k.es / INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) , 25/03/2019
En Silicon Valley proliferan los colegios sin tabletas ni ordenadores y las niñeras con el móvil prohibido por contrato.
La profesora, armada con tizas de colores, suma fracciones en el gran encerado, enmarcado en madera rústica, que cubre la pared frontal de la clase. Los niños de cuarto grado, de 9 y 10 años, hacen sus cuentas en los pupitres con lápiz y cuartillas. El aula está forrada de papeles: mensajes, horarios, trabajos de los alumnos. Ninguno ha salido de una impresora.
Los casos de abusos sexuales a menores se dispararon en Galicia un 40 por ciento en solo tres años. Un total de 152 menores gallegos fueron víctimas de este tipo de delitos entre enero y noviembre del pasado año, según los datos de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Casi catorce al mes. La cifra es muy superior a los 108 que se registraban en 2015 o en 2016. Y los expertos ven detrás de este incremento el impacto que está teniendo el creciente uso de internet y las redes sociales.
El ciberacoso es por norma general un ataque público, es decir, no solo la víctima es conocedora de lo que está ocurriendo. El acosador o acosadores suelen enviar mensajes privados que después comparten con sus amigos, o publican imágenes y comentarios en las redes sociales a las que muchas personas tienen acceso. En el caso de que los ataques se oculten entre los menores, a menudo surgen sospechas a raíz de los estados de ánimo de la víctima o incluso por su propio testimonio. En definitiva, la realidad es que de un modo u otro se percibe un problema de ciberacoso, y no es válida la típica frase de “yo no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo”.
El clásico “los niños vienen con un pan debajo del brazo” se ha transformado en los últimos años con la era digital en un “los niños vienen con un smartphone debajo del brazo”, y podemos ampliar este término a portátil, tablet o cualquier otro dispositivo con el que poder interactuar a través de una pantalla y que, por supuesto, tiene conexión a Internet. Si bien, según el estudio realizado por Net Children Go Mobile, la edad media de acceso a Internet se establece en los 7 años.
Actualmente, todos tenemos acuñado el término nativos digitales, haciendo referencia a esta generación de usuarios acérrimos a la tecnología desde prácticamente la cuna, pero ¿ser nativo digital es sinónimo de saber hacer un uso seguro y responsable de la tecnología? La respuesta es no.
Internet segura para kids - is4k.es / INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) , 21/02/2019